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viernes, 27 de diciembre de 2013

68/2013: ”Torrente de colores”


DATOS EXIF
CANON EOS1000D
TAMRON AF 18-200 mm 3,5-6,3 XR
12-06-2013   23:54
119 mm
ISO-100
F/ 14
15 sg

Lo atractivo de muchas fotografías nocturnas urbanas, es la iluminación existente, obviando la iluminación de un flash para evitar arruinar la atmósfera reinante. Necesariamente, al fotografiar con la luz disponible, la cámara ha de situarse sobre un soporte para obtener imágenes nítidas. El elemento indispensable del fotógrafo nocturno es el trípode. Hay tres reglas básicas para el uso correcto de un trípode: colocar una pata bajo el objetivo, extender las secciones gruesas primero, usar la columna central como último recurso.

La luces de neón son una variedad de lámpara que emplea gases especiales en el tubo para crear luz de colores intensos. Los reflejos son la luz rebotada en una superficie. La física dice que el ángulo de reflexión es siempre igual al de incidencia. El fotógrafo trabajará con dos tipos de reflejos: los especulares, de espejo, que retienen la integridad de la imagen y reflejan la mayor parte de luz incidente. Los difusos que reflejan solo una parte de la energía lumínica, descomponiendo la imagen, que al final se pierde.


La fotografía del post, realizada en un paseo nocturno por el puerto alicantino, capta la iluminación a base de luces de neón y su reflejo sobre el agua. El motivo principal han sido los llamativos colores de las luces y su reflejo difuso. Se ha usado necesariamente el trípode para captar la imagen, una focal larga para aislar el motivo, un diafragma cerrado para tener nitidez y profundidad de campo, junto con un tiempo de exposición largo para difuminar la imagen reflejada en el agua, y obtener una imagen especialmente atractiva.

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